El Virus Liberal Samir Amin

 Hacia el final del siglo XX una enfermedad atacó al mundo. No todos murieron a causa de ella, pero a todos les alcanzó. Al virus que originó la epidemia se le dio el nombre de «virus liberal». Este se manifestó

por primera vez en el siglo XVI, en el territorio delimitado por el triángulo París-Londres-Amsterdam. Los síntomas por los cuales se manifestaba entonces parecían anodinos, y los hombres (a quienes el virus atacaba con preferencia a las mujeres) no solo se acostumbraron a él y desarrollaron los anticuerpos necesarios, sino que incluso supieron sacar partido del tono reforzado que este provocaba. Pero el virus atravesó el Atlántico y encontró un terreno propicio, desprovisto de anticuerpos, en la secta de quienes allí lo propagaron, lo cual produjo formas extremas de la enfermedad.

El virus reapareció en Europa hacia finales del siglo XX, de vuelta de América, en donde había mutado; y así, reforzado, consiguió destruir unos anticuerpos que los europeos habían desarrollado a lo largo de los tres siglos previos, causando una epidemia que habría podido ser fatal para el género humano, de no haber sido porque los habitantes más robustos de los países antiguos sobrevivieron y al final pudieron erradicar el mal.

El virus provocaba en sus víctimas una curiosa esquizofrenia. El ser humano ya no vivía como un ser total, capaz de organizarse para producir lo necesario a fin de satisfacer sus necesidades (lo que los científicos han denominado la «vida económica») y de desarrollar al mismo tiempo instituciones, reglas y costumbres que le permitieran alcanzar su plenitud (lo que los mismos científicos han denominado la «vida política»), consciente de que los dos aspectos de la vida social eran indivisibles. Este vivía y se percibía desde entonces, por un lado, como «homo economicus», abandonando a lo que él llamaba «el mercado» la preocupación de solucionar automáticamente su «vida económica», y por otro lado como «ciudadano», que depositaba en unas urnas las papeletas mediante las cuales elegía a aquellos que tenían la responsabilidad de fijar las reglas de juego de su «vida política».

https://drive.google.com/file/d/1l2QnBc0NfVBLrCTNbFj8CvUpIMBxvKL5/view?usp=sharing






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