Contra el postmodernismo - Alex Callinicos
La versión original de este libro fue publicada en inglés en 1989. En cierta medida, su tono refleja las peculiaridades culturales y políticas del ambiente que predominó en los países de habla inglesa a fines de los años ochentas. Después de todo, era la época de Reagan y de Thatcher, época en la cual las economías occidentales parecían flotar hacia una prosperidad cada vez mayor, sostenida por una ola de especulación en el mercado de valores y en el intercambio comercial acompañada por una retórica generalizada de libre mercado y por una insaciable avidez. La idea de que habíamos entrado en una época postmoderna, en la cual los viejos temas de la razón y la revolución carecían de validez, fue bien acogida, y esto se debió en gran parte a que correspondía a la experiencia de una generación de profesionales que ascendían en la escala social y que habían renunciado a los sueños juveniles de un cambio político radical en favor de una cultura de ostentoso consumo.
Hoy en día, al menos en Europa Occidental y en Norteamérica, la situación económica y política es muy diferente. Lo que los japoneses llamaron la "economía-burbuja" estalló por fin, como sucede con todas las bonanzas basadas en la especulación. Las naciones avanzadas se precipitaron hacia la tercera recesión de importancia en los últimos veinticinco años. La euforia que rodeó el fin de la guerra fría y el hundimiento de los regímenes de Europa Oriental y de la Unión Soviética, sumada a la creencia de que el capitalismo liberal podía construir ahora un "nuevo orden mundial", se disolvió pronto debido a la caída de la economía y al estallido de encarnizadas guerras en varios de los antiguos países "socialistas".
Sin embargo, creo que los problemas filosóficos, históricos y estéticos que se exploran en el libro ameritan todavía su discusión. En primer lugar, como sostiene Jürgen Habermas en El discurso filosófico de la modernidad, la controversia en torno al tema se ha prolongado por más de ciento cincuenta años, desde el colapso del sistema hegeliano. El debate alrededor de las doctrinas de Nietzsche y de Heidegger, que constituyen el núcleo del postmodernismo, se ha vuelto demasiado intenso para verse seriamente debilitado por cambios a corto plazo en la coyuntura económica y política. El problema de saber si debemos rechazar la modernidad y buscar nuevos recursos filosóficos y culturales en el pasado, o radicalizar la modernidad a través de una transformación social que realice la promesa de una sociedad libre y racional, no ha terminado aún.
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